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Asambleas familiares: Por qué es bueno realizarlas y qué beneficios tienen

Las asambleas familiares son una herramienta que se originan de la disciplina positiva. ¿Y en qué se basa este tipo de disciplina? Se trata de una educación que parte del cariño, el respeto, la cooperación y la comprensión para gestionar la rutina en los hogares. Además, potencia los vínculos afectivos entre padres e hijos y logra mantener el bienestar familiar.

¿No te queda aún claro para qué sirven estas reuniones y por qué es tan importante para tus hijos? A continuación, te lo detallamos todo.

La importancia de hacer asambleas familiares

Cuando muchas personas de un núcleo familiar viven en un hogar puede haber conflictos a la hora de convivir. Por ello, los padres deben tomar medidas en el asunto para controlar la situación.

Muchas veces, los padres optan por los premios y los castigos. Si se cumplen las normas que imponen, los premian, pero si no los castigan. Pero este método no es del todo efectivo a largo plazo.

En cambio, las asambleas familiares sí se han convertido en un recurso educativo muy atractivo para resolver problemas democráticamente y buscar soluciones entre todos.

Además de ser una propuesta democrática en la que participan todos los integrantes de la familia, estas son otras razones por las que debes hacerlas:

  1. Es un espacio de escucha seguro (evita las distracciones de tele y otros dispositivos) donde se respeta a todos, sin importar las edades que tenga cada uno.
  2. Todas las soluciones que se plantean cuentan, por lo que todos pueden opinar, hasta los más peques de la casa.
  3. En las asambleas familiares no hay nadie superior y el fin es encontrar una solución en la que todos los miembros estén de acuerdo. El grado de participación de cada uno dependerá de su edad y capacidades.
  4. Se recomienda celebrase una vez a la semana, por lo que se hace un hábito reunirse para solucionar cualquier problema (por ejemplo, una pelea entre hermanos) o debatir cualquier cosa, ya sea la planificación del menú de la semana o qué planes hacer en las vacaciones.

¿Qué beneficios aportan a los niños?

Teniendo en cuenta todo esto, los beneficios que ofrecen las asambleas familiares son enormes y muy enriquecedores tanto para los niños como para los adultos. En este caso, nos centraremos en los más pequeños. Estos son los beneficios más destacables:

  • Aumenta la autoestima de los niños al permitirse en estas asambleas que puedan opinar. Estos se sienten escuchados y respetados. Y tienen un fuerte sentimiento de pertenencia a un grupo.
  • Se crean vínculos fuertes entre ambas partes. Por ello, las asambleas familiares quedarán como un recuerdo positivo cuando los niños se hagan mayores.
  • Desarrollan habilidades sociales, tales como la resolución de conflictos, la empatía, saber escuchar, el respeto hacia otros, saber pedir perdón o dar las gracias cuando sea conveniente y la tolerancia.
  • Las relaciones mejoran entre padres e hijos y esto implicará un mejor ambiente en el hogar.
  • Al resolverse los conflictos de forma democrática, no se imponen figuras autoritarias y se resuelve todo desde el máximo respeto (aunque las ideas que sugiera alguien nos parezcan extrañas). No se debe criticar o juzgar a nadie ni hacer gestos sarcásticos.

Buenas prácticas para hacer una reunión o asamblea familiar

Ten en cuenta que, para dar ejemplo, motivar y fomentar la implicación de los más pequeños de la casa, las asambleas familiares deben seguir unas buenas prácticas.

En primer lugar, debe fijarse un día a la semana para celebrar la asamblea familiar. El día y la hora debe ser elegido por todos y se aconseja que sea fijo, ya que es una forma de demostrar compromiso. Elegid el momento que mejor os venga a todos, pero respetando las necesidades de cada uno (su tiempo de descanso, de merienda o de cansancio).

Si hay un tema urgente a tratar antes del día de la asamblea, puede convocarse una reunión de menor duración para tratar el asunto. Aunque si hay un enfado y malestar, es mejor no organizar ninguna asamblea en ese momento y esperar a que la tensión baje.

Por otro lado, la asamblea debe seguir una estructura. Primero se empieza agradeciendo, valorando el trabajo de los demás. A continuación, cada uno expondrá lo que quiere hablar y se elegirá en consenso el tema del día. Después, se proponen soluciones y se fija un tiempo (la próxima semana, por ejemplo) para analizar si han sido efectivas y si han resuelto el problema. Y, por último, para relajar el ambiente se propone hacer una actividad divertida en familia: jugar a un juego de mesa, ver una peli juntos, hacer un bizcocho, leer, cantar, etc.

Recuerda que las asambleas familiares no son un espacio para regañar o abrir una discusión sobre algo que tus hijos han hecho mal. Si se empieza a hacer acusaciones o a generar discusiones, debería posponerse la reunión.

1 Comment
  • Laura
    Publicado a las 09:05h, 18 enero Responder

    Qué maravilla de artículo. La serie de televisión Rita trata las asambleas en el entorno escolar y, aunque son chavales de edades mayores, me llamó mucho la atención por su efectividad y por el tono natural con que los mismos participan, colaboran, agradecen, resuelven conflictos… Qué bien nos vendría organizarlas también a los adultos.

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