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¿Dejas a tu peque elegir qué se pone o a qué juega?

Si nos lo preguntas al equipo de Aprende con BöH verás que lo tenemos claro: los peques deben elegir. Nada de imponerles todo bajo los gustos y costumbres de los adultos a su alrededor. Y, a grandes rasgos, creemos que deben hacerlo con casi todo.

Dejar elegir a un peque es sinónimo de reforzar su autoestima. Un aspecto muy importante en su desarrollo, ¿verdad?

Por qué hay que dejar elegir a los peques

En los primeros años de nuestra vida es cuando estamos formando nuestra personalidad, nuestra forma de ser y nuestra manera de relacionarnos con el entorno. Y, decimos bien, «relacionarnos con el entorno». No «relacionarnos a través de lo que dicen los adultos». Cada peque es quien tiene que establecer sus propias relaciones, sus propios gustos, deseos, intereses… Y para ello debemos dejarles libertad.

Si te lo estás preguntando, por supuesto tiene que haber límites. No pueden elegir en cualquier cosa y en cualquier momento. Si a las 8 y media hay que salir hacia el cole, pues hay que salir hacia el cole. No pueden decidir ellos si salís de casa a las 8 o a las 9. Porque la hora de llegar a clase es la que es. Pero si vais andando, sí pueden elegir si hoy vais por una calle o por otra (dentro del camino lógico hacia el colegio).

Estas pequeñas decisiones les permiten, como decimos, reforzar su autoestima. Pero también les ayuda a aprender a tomar decisiones, les ayuda a tener confianza y promueve la seguridad en ellos mismos.

Cómo ayudarles a elegir

Está claro que los peques aún están aprendiendo, y puede que no tengan todos los conceptos claros. En esos momentos hay que ayudarles a elegir. Y eso no quiere decir que les impongamos nuestro criterio.

Por ejemplo, si es otoño y hace frío, lo que le ofreceremos al niño o a la niña serán prendas de abrigo. Si quieres fomentar que elija por sí mismo no debes decirle qué tiene que ponerse, pero sí le debes ofrecer aquello entre lo que pueda elegir para no pasar frío.

Y, cuando tengan dudas, es importante explicarles el porqué unas cosas son mejores que otras, o más bien las ventajas y desventajas de cada opción. Así podrán valorarlo y tomar la decisión que crean oportuna.

Qué no debes hacer cuando dejas que elijan

Ayudarles a elegir es importante, desde luego. Pero se ayuda mucho también con aquello que NO hacemos y que debemos tener siempre en cuenta:

  • No ofrezcas aquello que no quieres que elijan. Si tienes claro que no les vas a dejar cenar un plato en concreto, no lo ofrezcas. Deja claro que no es posible y explica qué opciones sí lo son.
  • No le lleves la contraria cuando hayan elegido. Si el peque ya tiene claro lo que quiere, no le fuerces a cambiar de idea. Le has dejado elegir, y es hora de que refuerces esa elección. Puede que no te parezca la mejor opción, pero es su decisión.
  • No permitas que elijan cuando no es posible. Si hay temas sobre los que no quieres que el peque o la peque tomen parte, no les hagas formar parte de la toma de decisiones. Si primero les implicas en el tema, y luego les impones todo, puede ser confuso para ellos.

Respecto a este último punto es muy importante la manera en la que nos dirigimos a los más pequeños de la casa. A veces les preguntamos cosas que en realidad no son una pregunta. Y en estos casos les estamos dando pie a poder elegir, pero en realidad no tienen opción.

Por ejemplo, llega la hora de cenar y les decimos: «¿Vamos a cenar?». Aquí el niño o la niña entiende que puede decidir ir a cenar o seguir jugando. Pero la realidad es que la cena ya está lista y tiene que sentarse a la mesa con el resto de la familia. Si primero le has preguntado, y luego vas a obligarle a que cene, se va a enfadar. Porque no respetas su decisión. Y tendrá razón. El problema está en preguntar aquellas cosas que no deben ser una pregunta.

A menudo esto ocurre porque queremos hacer más llevadera esa transición entre el juego y la cena, por ejemplo. Para ello debemos hacer otro tipo de preguntas menos confusas. Por ejemplo: «¿quieres jugar un minuto más antes de ir a cenar?», «¿cómo quieres ir a lavarnos las manos: haciendo el tren o bailando?», «¿quieres que hablemos de animales mientras cenamos?» (o cualquier otro tema que le atraiga).

En qué temas podemos dejar elegir a los peques

Cada familia sabe cómo son las cosas en su casa, qué normas existen y en qué aspectos no se puede ceder o negociar. Por eso, los temas que vamos a analizar ahora son genéricos, y obviamente en cada hogar hay que pensar bien cuándo dejar elegir a los peques y cuándo no.

  1. A la hora de vestirse: Aquí muchas veces las familias nos empeñamos en cómo deben ir vestidos, qué colores deben llevar… Pero desde edad muy temprana los niños y las niñas ya saben lo que les gusta y lo que no. A lo mejor no pueden elegir para ir al colegio, pero seguro que sí pueden los fines de semana. Permite que tu peque decida qué se pone y descubre cuál es su verdadero estilo.
  2. A la hora de comer: Obviamente no van a decidir todo el menú los peques. Pero a lo mejor pueden ayudar a definirlo durante la asamblea familiar (en aquellas familias en las que se celebra). O pueden elegir a la hora del almuerzo y de la merienda, entre las opciones saludables que ofrezcan los adultos. Desde luego, lo que sí deberían elegir los peques es cuánto quieren comer. Ellos y solo ellos saben cuándo están saciados y lo que necesitan para estar en un peso saludable.
  3. A la hora de definir rutinas: Está claro que la hora de irse a la cama debe estar marcada. Pero la rutina anterior puede ser negociable. Igual a tu peque le gusta leer un cuento antes de dormir, o quiere ver sus fotos de peque, cantar una canción, etc. Es positivo preguntarle cómo le gusta hacer las cosas, y buscar un punto intermedio si no es posible hacerlo todo.
  4. A la hora de ordenar la habitación: Nosotros ya tenemos nuestra manera de organizar nuestro entorno. No solo el orden como tal, sino cómo ordenamos todo en nuestra mente. Y por ello creemos que los peluches grandes deben ir juntos, y los pequeños por otro lado, por ejemplo. Pero a lo mejor una niña prefiere poner los que llevan ropa por un lado y los que no la llevan por otro. O un niño prefiere que los cuentos se ordenen por colores del lomo. Son sus objetos y están en su habitación, deberíamos escucharles y ayudarles a ordenarlo bajo su criterio.
  5. A la hora de aprender: No nos referimos en clase, sino en casa. Igual vamos a hacer una actividad que refuerza los colores, pero el peque está interesado en los números. No van a ser capaces de expresarlo al 100%, pero si les observamos veremos qué es lo que le interesa en cada momento. Y de esta manera debemos dejarles elegir. Lo que aprenden cuando tienen interés tiene más relevancia y es más fácil que lo recuerden.

Además, hay dos consejos generales sobre los que hablaremos más adelante en profundidad: hay que dejarles elegir a quién dan su afecto sin forzar (que nosotros queramos mucho a alguien no implica que ellos vayan a sentir lo mismo) y hay que dejar que se equivoquen. Sin equivocaciones es imposible que haya aprendizaje.

Los niños y niñas son personas, aunque a menudo les tratemos muy diferente de cómo tratamos a los adultos. Y con acciones como dejar elegir lo que quieren, reforzamos que se sientan importantes, que crezcan, que aprendan, que se desarrollen correctamente… Si a un adulto le dejas elegir, ¿por qué a tu peque no?

1 Comment
  • Laura
    Publicado a las 16:32h, 20 septiembre Responder

    Espectacular post.

    Los adultos solemos olvidar que los niños son personas y no sabemos tratar con ellos como corresponde.

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